Con motivo del IV Centenario de la publicación de la primera parte de las aventuras del hidalgo don Quijote de la Mancha, la Universidad de Alicante quiso sumarse al conjunto de actos de homenaje con una contribución singular. La música se convierte en la mejor aliada de la literatura a la hora de evocar sensaciones y sentimientos. Afortunadamente, el maestro Manuel Moreno Buendía tuvo la gentileza de aceptar componer la obra Don Quijote Centenario (Concierto para Orquesta de Cuerda), que a lo largo de sus cinco movimientos recrea las cualidades del caballero andante, la triste figura que el héroe de sus propios sueños ofrece ante los ojos de quienes están lejos de compartir sus propósitos altruistas, la justa lealtad de Sancho, la belleza sublimada de Aldonza Lorenzo transformada en Dulcinea. La música y las letras comparten la noble aspiración de perdurar en el tiempo. La Suite Burlesque de Don Quixotte y el Concierto para dos Violas y Orquesta en Sol Mayor, de G. Ph. Telemann (1681-1767) interpretados magistralmente por Il Concerto Académico, completan esta edición que la Universidad de Alicante ofrece en honor de la inmortal memoria del caballero Don Quijote.
Ignacio Jiménez Raneda
Rector de la Universidad de Alicante
Don Quijote Centenario
ean mis primeras palabras de gratitud al Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante por haberme honrado con el encargo de la composición de una obra para orquesta de cuerda, con motivo del IV centenario de la primera publicación de Don Quijote de la Mancha. Una Universidad joven – acaba de cumplir 25 años– que, como la de Alicante, se permite contar en su seno con la figura tradicional del Cuarteto Residente –todo un lujo el Cuarteto Almus – y que se decanta por la música de cámara, como exponente cultural, sólo merece plácemes y felicitaciones.
Al abordar la composición de DON QUIJOTE CENTENARIO me impuse voluntariamente el deseo de escribir una partitura clara y diáfana, de fácil comprensión para el melómano que busca en la música el placer de los sonidos. Por lo tanto, eso que llamamos enfáticamente “mensaje musical”, aquí es directo y, casi siempre, “biensonante”. Como vengo diciendo reiteradamente en los últimos años, el oyente que se acerque a mis obras más recientes libre de prejuicios e “ismos”, percibirá una música aparentemente sencilla, que parece brotar espontánea, pero que ha sido minuciosamente meditada y elaborada.
Los títulos de los cinco movimientos en que se divide la obra aspiran a ser definiciones de su contenido. Así, “ El Caballero andante”( I ) trata de reflejar el profundo heroísmo altruista que rezuma la actitud de nuestro soñador personaje. Predomina un “ leit-motiv”de ritmo ternario que, ocasionalmente, alterna con otro binario. El II, “… el de la Triste figura”, está presidido por cierta “malinconia” en donde la disonancia acentúa, aún más, la desolación provocada. Importantes los cometidos del Violín-Concertino y Viola solista. En el III, “Su fiel escudero”, la referencia a Sancho Panza está patente en los “pizzicatti”y, sobre todo, en la sección central con un ritmo percutido de Violas mientras las partes extremas pugnan por imponer su “voz”dentro de una sugerida bitonalidad. Así llegamos a “La sin par Dulcinea” ( IV ). La melodía fluye con naturalidad y sin rubor en el marco de un vals lento “interrotto”. La frase de Leonardo da Vinci: “La belleza perece en la vida pero es inmortal en el arte”, aquí, ha causado sus efectos en pos de la búsqueda de esa belleza. Por último, el V movimiento: “El mito inmortal”. Tiene forma de Rondó y cierra la obra cíclicamente. Para ello el “leit-motiv” del principio asoma recurrentemente intercalándose con nuevas propuestas temáticas. Los “soli” y “tutti” se suceden a modo de diálogo instrumental. Al final, y tras una superposición de temas, todas las voces instrumentales se ponen de acuerdo en que nuestro héroe nunca dejará de ser el mito inmortal.
DON QUIJOTE CENTENARIO está dedicado a Il Concerto Académico, excelente Orquesta de cuerda, magistralmente dirigido por la violinista Margherita Marseglia, que desde su puesto de Director-Concertino hace una extraordinaria labor de concertación e interpretación. Para ella y su orquesta toda mi admiración y reconocimiento.
Manuel Moreno-Buendía